Comentarios Intrascendentes Sobre La Literatura del M.S.M.A. (1)
Propósito Psicológico #1.
El llamado de la montaña. Los tiempos cambian. Cuando Mallory sintió el llamado del Everest acudió y nadie sabe si logró cumplirlo totalmente o no. Ahora el hijo de uno de los dos conquistadores del Everest, Hillary, le habló a su padre desde la cumbre, con un teléfono - supongo que era celular - y le dijo: Papá ya llegué.
¿Y qué? Que cada vez estamos más comunicados y nos sentimos más solos a pesar de que creamos que todos están enterados de nuestra existencia. Aparte de las poses y buenas maneras con-vencionales en lo social, familiar, político o religioso ¿A quién le importan nuestros problemas particu-lares? Entendamos bien: particulares, si cada quien tiene sus propios problemas particulares y no son iguales porque nadie tiene la misma cantidad, calidad ni organización de partículas, debido a la edad, herencia, geografía y momento histórico. Claro, están la amistad, la fraternidad, la nacionalidad, la fa-milia y demás. Y seguimos siendo individuos, irrepetibles en alma y en conciencia. ¿Entonces? A otra cosa. ¿Qué otra cosa? A la Iniciación, a un nuevo comienzo. ¿De qué? De Ser lo que se Es. ¿Qué se Es? Eso es lo que hay que averiguar.
El doctor Serge Raynaud de la Ferriere sintió ese llamado y tomó el camino de los Montes Himalayas. Siguió la tradición de los Hombres Santos. Estuvo en Torpresara. Experimentó el Samadhi. Fue reconocido por los Yoguis, se quiso quedar con ellos y volvió a sentir el llamado, esta vez de la Humanidad, de su base. Regresó al mundo de la Realidad y dijo: Me siento responsable por la falta de comprensión de los hombres. Algunos se preguntaron ¿porqué? Y él utilizó la leyenda de Dióge-nes y su linterna para decirnos: Porque soy un hombre. Luego, en uno de sus libros más notables, el Yug, Yoga, Yoghismo, nos puso de entrada el Sí de Rudyard Kipling, una elegía al Hombre.
Yo comencé por leer chapuceramente los Propósitos Psicológicos escritos por él y me dieron suficiente material para hacer comentarios. Digo que los leí chapuceramente porque leí una que otra página de los 36 libritos, mal editados y con evidentes errores de ortografía. Pero eso fue suficiente para que alguien me tildara de sabiondo y me retara a dar conferencias sobre ellos en la Casa Sede de la Gran Fraternidad Universal que, por entonces, todavía no tenía líneas ni registros de propiedad de mar-ca. Acepté el reto más por obligarme a leerlos seriamente que por fanfarronería, pues bien me daba cuenta de que no sería fácil asimilarlos, por lo menos en un nivel intelectual, pero desde el principio encontré en ellos material de altura y profundidad excepcional, poco hilvanada, por lo menos en los estilos literarios de uso común.
Desde el primer intento las charlas tuvieron éxito, más por el material que presentaba que por mi habilidad para hacerlo inteligible para un público de muy diferentes niveles culturales. El Maestro Estrada ocasionalmente estuvo presente en algunas reuniones y me hizo sentir alarmado, pues él se movía dentro de esos temas con la elegancia de un cisne y yo apenas chapoteaba en ellos. Sin embargo, me dio un consejo muy valioso:
Procure hablar como un Iniciado.
¿Cómo es eso?
Hable de modo que lo mismo lo entienda un doctor en letras que un analfabeto.
¿Cómo?
Como hablaba el Señor Jesús: “Mirad los lirios del campo, no tejen ni hilan y ni Salomón vistió
mejores galas que ellos”
¿Nomás?
No más.
Después le pedí consejo a un Hermano Gegnián que era escritor y que, por cierto, cuando murió lo declararon oficialmente “Hijo Predilecto del Estado de Veracruz,” Don Leonardo Pasquel.
Consiga libros de buena Poesía y váyase a un bosque solitario o a los farallones donde rompen las olas del mar y dedíquese a declamarlos con toda el alma. No tema al ridículo, nadie lo va a oír. Sígalo haciendo hasta que se canse. Entonces, relájese, rememore y sienta la música del lenguaje y de las yux-taposiciones de imágenes. Después simplemente hable o escriba saboreando el lenguaje.
El caso es que las conferencias se vieron cada vez más nutridas e intencionadas, por la presencia de gente interesada en aprender, en destruir y hasta en politizar, como en el caso de un inteligente po-lemista mandado por el gobierno para descubrir cualquier conspiración ideológica relacionada con la represión juvenil del reciente 2 de octubre del año 68. Algunas personas cargaban su propio cuadernito del número que comentábamos y le daban de vez en cuando algún vistazo para cerciorarse de que no estaba yo hablando de algo diferente de lo dicho por el Doctor de la Ferriere. Así transcurrieron 36 semanas a razón de un Propósito Psicológico cada semana, con sala llena y entusiasmo creciente.
De acuerdo con los consejos del Maestro Estrada y de Don Leonardo Pasquel, hablaba yo con mucha seguridad y con imágenes poéticas del efecto de las montañas sobre la psique humana, del asce-tismo y el silencio; sobre el Yoga como unión con centro de gravedad en el Ser como medio para crear la relación del Centro-Ser con la diversidad billonaria del Genoma Humano y de las Vírgenes-Madres del Héroe Redentor, sin complicaciones teológicas, diciendo que el Héroe Redentor era el que Nacía de Nuevo en Espíritu y en Verdad, el Iniciado-Iluminado que nace de la Virgen-Madre Naturaleza-Realidad y da lugar al nacimiento virginal sin complicaciones uterinas ni fálicas, tal como lo propone el Yoga con sus siete chakras: tres del corazón hacia abajo y tres del corazón hacia arriba, con un punto de encuentro en Anahatha, donde el Demiurgo, el Hacedor, el Ser, se da encuentro con el Teúrgo, el buscador, representado por la conciencia humana. Por otra parte, todo esto lo relacionaba con la expe-riencia trascendental que busca el Gurú para pasar de la oscuridad hacia la Luz, para que el Fuego del Espíritu lo purifique, lo anime y lo ilumine, o muera en el intento para la Iniciación en lo Sagrado en este ciclo de Vida.
Lo que me pareció más importante de esta experiencia es que varios años más tarde, ya con gra-do reconocido de Gagpa por el Maestro, me pidieron que diera otras 36 conferencias sobre los 36 pro-pósitos psicológicos del Muy Sublime Maestre y dije cosas muy diferentes, en profundidad y en altura, en relación con el ciclo anterior. ¿Qué pasa? - me pregunté - los propósitos son los mismos. Lo consulté con el Maestro y el dijo:
Lo propósitos son los mismos, pero la conciencia de usted ha cambiado.
Entonces comprendí la falacia de los Libros Sagrados y de las sectas diferentes inspiradas en el mismo libro. ¿Sucederá lo mismo con los grandes Maestros y sus Discípulos…?
Seguiremos comentando.
S.A. JMN
2/X/2007 (Nueva serie)
www.redgfu.net/jmn
miércoles, 17 de octubre de 2007
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