Comentarios Intrascendentes Sobre La Literatura Trascendente del MSMA (15).
Propósito Psicológico 15.
Esta mañana desperté pensando en la paliza que me daría el MSMA si anduviera por aquí y no tuviera otra cosa mejor que hacer. Después de pensarlo un poco, me reí a carcajadas, pues me di cuenta de que mi subconsciente sabe que merezco la paliza por pensar como tonto, porque si no fuera por la destrucción violenta de la Primera Cámara Secreta de la Nueva Era, nos hubiéramos dormido en nuestros laureles y no tendríamos las catorce Cámaras que tenemos ahora funcionando con éxito en Europa y en América. De no haberse registrado la GFU en Brasil como marca comercial para demandarnos, la Hermandad de ese país seguiría pensando que la Institución es puro Amor y no estarían trabajando como lo hacen ahora. De no haber puesto en jaque a la Casa Sede de la RedGFU en New York, la Hermandad Norteamericana no entendería que nuestro negocio no son los dólares sino la conciencia. ¡Vaya que me merezco una paliza!
Luego me puse a leer otra vez el Propósito Psicológico número 15 de nuestro Maestre y me di cuenta de que su propósito está en hacernos sentir que nuestra naturaleza no tiene tamaño ni tiempo, pues por un lado nos habla de las inmensidades macro cósmicas y nos hace sentir menos que nada, y luego nos dice que nuestro micro cosmos humano es equivalente, proporcionalmente, a lo infinitamente grande, y nos eleva a la dimensión de ser la síntesis del TODO en todo, como Seres Humanos. Total, como lo dice en el propósito anterior, del Misterio de Israel, esta no es la primera ni la última vez que andamos por aquí y eso me hace pensar que los Iniciados lo único que pretenden es que pasemos con felicidad estas andanzas con salud y con conciencia.
NUESTRO UNIVERSO. El gran astrónomo inglés William Herschel ha emitido en 1785, siendo el primero, la hipótesis —confirmada después por todas las observaciones— de que el conjunto de las estrellas que rodean el sistema solar y que dibujan para nosotros la Vía Láctea, constituían una nebulosa espiral análoga a esas condensaciones lejanas, con formas características, que la exploración del cielo nos ha revelado por millares y que representan tantos “mundos” autónomos, de dimensiones comparables a las de nuestra Galaxia.
La representación que nosotros nos damos de nuestro universo estelar Nuestro Universo procede, uno puede afirmarlo, de la intuición genial del gran William Herschel. Después de haber estudiado largamente la Vía Láctea, esa larga cinta que rodea nuestro globo, Herschel, instalado en la cima de su gran telescopio de Slough, llevó sus ojos más allá y descubrió que el espacio contenía millares de condensaciones, todas semejantes, cada una formada de filamentos nebulosos, reductibles ellos mismos en un hormiguero de estrellas y enrolados en torno de un eje común.
¿Qué fuerza entra en juego, pues, capaz de resistir el acumulamiento de la sustancia hacia el centro? ¿Qué factor se opone al derrumbamiento del astro sobre sí mismo, bajo la influencia de su propia gravitación? Ese factor antagonista, esencial al equilibrio, es la “fuerza elástica” del gas; ella radica en la agitación desatinada y perpetua de las moléculas del gas lanzadas sin cesar como proyectiles que se entrechocan, rebotan, se rechazan mutuamente con una eficacia que depende, en primer lugar, de la velocidad de las partículas. Ahora bien, las partículas están ligadas a la “temperatura” del gas. Cuanto más caliente es el gas, las moléculas van más rápidas y resisten mejor a la compresión.
Llegamos, en fin, a las verdaderas nebulosas extra-galácticas llamadas también “nebulosas espirales” a causa del aspecto particular que ofrecen la mayoría de ellas. Esas nebulosas se encuentran en lo inmenso del cielo; se podrían contar ciertamente varios millones, que se hallan a formidables distancias de nosotros. Las más cercanas se muestran con sorprendentes detalles de estructura. El análisis espectral revela que no son gases luminosos, sino más bien una reunión de mil millones de estrellas y uno se ha visto obligado a admitir que cada una de ellas es una galaxia, análoga a aquella en la cual nosotros vivimos, es decir, que las otras son vistas en el exterior.
Sería ingenuo creer que somos nosotros, con nuestro raquítico Sol, quienes rechazamos así a todo el Universo en todas las direcciones. La verdad es evidentemente muy distinta: el Universo se dilata, todo se agranda conservando las mismas correspondencias. La figura formada por el conjunto del Universo Nuestro Universo queda semejante así misma y cada estrella se aleja de todas las otras. Pero, dirá, usted, con las velocidades de decenas de millares de Kilómetros por segundo, ¿dónde se encontrarán todas esas hermosas galaxias en cada siglo? ¿Veremos esfumarse en la lejanía a nuestra bella vecina Andrómeda y sus admirables nebulosas espirales? Quedad sin inquietud. Las velocidades son inmensas para nuestra escala, pero las distancias lo son mucho más todavía. En 6 millones de años, cada distancia aumenta 1/1.000 de su valor: en 6 millones de años nada habrá pues, cambiado.
Llegados a este punto, no puede uno menos que preguntarse:
¿Para qué sirven los Colegios de Iniciación? ¿Se puede saber a través de ellos el significado de lo infinitamente grande que nos rodea y de lo infinitamente pequeño que nos da forma y existencia? La experiencia me dice que no. Sin embargo - y aquí el Iniciado Real se expone a la burla de los científicos y de los religiosos - No se puede saber, pero se puede experimentar el TODO en Uno y el Uno en todo, gradualmente. ¿Cómo? Con autodisciplina y el ejemplo de alguien que ya lo haya experimentado, más allá de las fantasías y los estados alterados de conciencia.
SATJM
19/X/2007 (Nueva serie)
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